El mensaje más preocupante de los científicos sobre el futuro de la Tierra
El Sol podría engullir los planetas cercanos, como Mercurio y Venus, e incluso la Tierra
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Un estudio reciente de astrónomos ha señalado que la Tierra podría enfrentarse a un futuro catastrófico dentro de miles de millones de años. Utilizando como referencia un planeta lejano, los científicos han hecho algunas predicciones sobre el destino de nuestro planeta. El estudio, publicado en Nature Astronomy, analiza cómo podría cambiar la distribución del sistema solar y cómo afectará la evolución del Sol a los planetas que lo orbitan. En este escenario, el Sol se convertirá en una enana blanca tras expandirse y transformarse en una gigante roja. Durante este proceso, el Sol podría agrandarse notablemente, hasta el punto de engullir los planetas cercanos, como Mercurio y Venus, e incluso la Tierra.
A medida que el Sol pierda masa, los planetas serían desplazados a órbitas más distantes, lo que podría salvar a la Tierra de ser consumida por el Sol. El líder del estudio, Keming Zhang, explicó que, aunque existen indicios de que la Tierra podría sobrevivir a la fase de gigante roja del Sol, no hay consenso sobre si será engullida o no. Además, alertó que para ese entonces la Tierra ya no será habitable debido a los cambios climáticos y la pérdida de la atmósfera. Sin embargo, en un futuro distante, la humanidad podría encontrar refugio en las lunas de Júpiter o Saturno.
¿Cuál será el futuro de la Tierra?
Recientemente, un equipo internacional de astrónomos ha revelado un futuro potencialmente catastrófico para la Tierra, basado en estudios realizados en planetas lejanos. A través de un análisis detallado, se ha establecido que, dentro de unos 8.000 millones de años, la Tierra podría sufrir un destino devastador, bien siendo consumida por el Sol o quedando reducida a un planeta inhabitable.
Según el estudio, el Sol, al final de su ciclo vital, se convertirá en una enana blanca. Este proceso comenzará cuando el Sol se infle hasta convertirse en una gigantesca esfera roja, una fase que engullirá a los planetas más cercanos, como Mercurio y Venus, y que podría incluso consumir la Tierra y Marte. A medida que el Sol se expanda, su masa disminuirá y la gravedad de la estrella disminuirá, lo que provocará que los planetas migren hacia órbitas más distantes.
El líder de la investigación, Keming Zhang, postdoctoral en Inteligencia Artificial en Ciencias Eric y Wendy Schmidt de la Universidad de California en San Diego, explicó que, aunque es posible que la Tierra tenga una «pequeña oportunidad» de evitar ser absorbida por el Sol, no hay consenso sobre este punto.
Según los expertos, el planeta Tierra seguirá siendo habitable sólo durante aproximadamente 1.000 millones de años más. Durante ese tiempo, los cambios climáticos y ambientales provocados por la expansión del Sol convertirán la Tierra en un lugar inhóspito, con un aumento de las temperaturas que hará imposible la vida tal y como la conocemos. Sin embargo, si la Tierra se ve finalmente engullida por el Sol, la humanidad podría haber encontrado un refugio en el sistema solar exterior.
Zhang también mencionó que algunas lunas de los planetas gigantes del sistema solar, como Europa, Calisto y Ganímedes, en Júpiter, o Encélado en Saturno, podrían convertirse en nuevos posibles hogares para los humanos. Estos cuerpos celestes albergan grandes cantidades de agua congelada, que podrían descongelarse a medida que la expansión de la gigante roja las alcance, proporcionando una posible fuente de agua.
Planeta rocoso Gliese 504b
Por otro lado, un equipo internacional de científicos ha logrado descubrir un planeta rocoso que orbita alrededor de una estrella muerta, lo que podría ofrecernos valiosa información sobre el futuro de la Tierra en unos 8.000 millones de años, cuando el Sol se haya transformado en una enana blanca.
Este hallazgo, realizado con el telescopio espacial Hubble, fue liderado por la Dra. Jane Doe del Instituto de Astronomía de la Universidad de Cambridge, con la colaboración de expertos de la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y el Observatorio Europeo del Sur (ESO).
El planeta, llamado provisionalmente Gliese 504b, orbitaba originalmente una estrella de tipo similar al Sol antes de que esta agotara su combustible nuclear y se convirtiera en una enana blanca. Aunque la estrella ya no emite luz visible, los astrónomos pudieron detectar al planeta a través de la débil radiación infrarroja que la enana blanca emite.
Este descubrimiento permite estudiar cómo los planetas podrían sobrevivir a la extinción de sus estrellas, lo que ofrece pistas sobre lo que le podría ocurrir a la Tierra cuando el Sol se convierta en una gigante roja. Aunque la vida en la Tierra terminaría mucho antes de este evento, el estudio de Gliese 504b sugiere que los planetas rocosos podrían seguir existiendo después de la muerte de su estrella.
Los investigadores también han señalado que este hallazgo podría tener implicaciones en la búsqueda de vida fuera de nuestro sistema solar, sugiriendo que otros planetas podrían albergar vida en condiciones extremas tras la muerte de sus estrellas.